CONEXIÓN


INTELIGENCIA EMOCIONAL

HABLEMOS DE LA CONEXIÓN


                En este inicio de curso vamos a trabajar con vuestros hijos-as la importancia de la conexión. Los niños-as necesitan sentir que pertenecen, que significan algo para nosotros, y esa pertenencia no es otra cosa que la conexión. Vuestros hijos y nuestros alumnos necesitan para aprender sentirse seguros, crecer con confianza y eso lo conseguimos a través de la conexión. Es pura ciencia, no podemos influir de manera positiva hasta que no hemos conectado con ellos.

                Por otra parte, como seres sociales en el aula, los alumnos también necesitan sentirse parte de su grupo de aprendizaje, necesitan sentirse aceptados, apreciados, respetados, en definitiva, queridos por los demás. En numerosas ocasiones los niños que se portan mal, no colaboran, tienen pataletas o cabezonerías, no son malos alumnos, solo se trata de llamadas de atención porque quieren significar algo para nosotros y para sus compañeros de aprendizaje. De igual manera ocurre en casa, vuestros hijos-as demandan conexión, existir para nosotros y sentir que forman parte importante de nuestras vidas. Nos demandan atención de calidad, no es tan importante la cantidad de horas que les dedicáis, como la calidad de las mismas. Es muy importante que ellos y ellas sientan que cuentan, que son importantes y establecer con vosotros esa especial relación que les permita crecer con confianza y seguridad en ellos mismos evitando la sobreprotección. En numerosas ocasiones y fruto del amor que sentimos hacía ellos caemos en la sobreprotección sin darnos cuenta que ese es el comienzo del desarrollo de las inseguridades y la falta de confianza en ellos mismos.

                En este sentido conectar también significa validar sentimientos, mirar al otro desde la apreciación y el reconocimiento y sobre todo de la aceptación por lo que se es. En otras palabras, para poder ser “exitosos” los alumnos necesitan sentir que “forman parte de la escuela” y que “forman parte de sus hogares”.

               Es cierto que los niños van a la escuela a aprender y el contenido académico es importante (leer, escribir, sumar, los ríos, las montañas de España…) sin embargo, este contenido será puramente memorístico o carente de utilidad si no comenzamos creando un ambiente seguro y confiable que les permita desarrollar cualidades y capacidades útiles para su futuro. Igualmente, en los hogares debéis procurar ese entorno de enriquecimiento personal, haciendo que vuestros hijos-as se sientan seguros y confiados en que pueden desarrollar todo su potencial. Es muy importante para ellos la apreciación y el reconocimiento, así como la aceptación por lo que son, evitando cualquier comparación ni dentro ni fuera de la familia.

                Y ¿cómo conectamos? Es tan sencillo como:

©       Preguntarle como está. Sin hacer un interrogatorio…

©       Escucharle de verdad, dejando todo y poniéndonos a su altura (sus ojos con los nuestros).

©       Hablarle mirándole a los ojos.

©       Hablándole en tono cariñoso y sin gritar.

©       Cuando nos cuente algo, darle la importancia que merece (nunca diremos,” eso no es nada” o “eso es una tontería”. Si nos cuentan algo, es porque pare ellos-as es muy importante.

©       Decirles que los queremos y no juzgar por lo que hacen a veces (verbalizar que son un desastre porque lo sean un día), sino por lo que son siempre (buenos, cariñosos, atentos…)


Aquí os dejo unas fichas que forman parte de una colección de herramientas de disciplina positiva para la crianza. De Jane Nelsen y Adrián Garcia, ilustraciones de Paula Gray.

 

 




      



                        





Texto basado en el libro "Disciplina Positiva" Jane Nelsen, Lynn Lott y Stephen Glenn.



María Dolores Abril Caballero
Pedagoga. Doctora en Psicología por la Universidad de Murcia