La palabra Responsabilidad, significa habilidad para responder. Responder, sobre todo a los cambios que se producen en los resultados de nuestras acciones, cuando implican a otras personas e incluso a nosotros mismos.
Todos tenemos una gran capacidad de cambio y de adaptación a nuevos pensamientos y sentimientos. Una prueba de ello es nuestra evolución personal en cualquier aspecto de nuestra vida. Esto ocurre, claro está, si asumimos nuestra responsabilidad.
No es así si tendemos a "echar balones fuera" o al tan conocido "yo soy así", los cuales limitan en gran manera la modidficación de hábitos y por tanto nuestro progreso personal. Desde la niñez vamos observando que podemos actuar sobre las situaciones y sobre todo sobre nuestra respuesta hacía ellas. Esto hace que nuestra perspectiva sobre los sucesos cambie. Por eso no es extraño que se equipare la madurez con la responsabilidad y al revés, también la inmadurez con la irresponsabilidad.
Responsabilidad, por tanto es responder por lo que hacemos, pero incluso aquí podemos elegir y decidir.
La responsabilidad no niega la influencia de diferentes factores o variables en nuestro comportamiento, lo que subraya es la capacidad, en ocasiones con necesidad de un gran esfuerzo, de elegir a pesar de esos factores.